Hoy fue un día muy inteso. Muchas emociones juntas. Hoy es mi cumpleaños. Hace 38 años estaba naciendo a la vida natural. El 1 de enero será también mi cumpleaños, ese día me bautizaron y nacía a la vida que no se acaba. La fe te da amor a la Iglesia y el amor a ella te lleva a profundizar en su misterio. Por eso me apaciona el Derecho Canónico, porque me ayuda a ver los fundamentos de la "Madre y Maestra".
Las clases transcurrieron hoy con normalidad. Don Ignacio Pérez de Heredia, el director del Instituto, nuestro maestro y muchas veces padre, dio una lección magistral. El tema: La administración de los bienes en la Iglesia, forma parte del tratado que está desarrollando sobre los Bienes Temporales de la Iglesia, el libro Quinto del Código.
Aquellas personas que ven de fuera a la Iglesia dirán que ella acumula bienes con fines de lucro. Nada más lejos de la realidad. Hoy en clase hemos ahondado en el tema la administración que el obispo diocesano está obligado a tutelar. Pero como todos sabemos los bienes en la Iglesia tienen una finalidad concreta, ayudar a cumplir los fines concretos para lo que fue instutida la Iglesia, querida por Cristo. En este terrreno la Teología y más en concreto la Eclesiología nos dará luces.
Amar a Iglesia es cuidar que los bienes sean utilizados para los fines propuestos, amar a la Iglesia es servirse de los bienes temporales para que Cristo se anunciado en el mundo. Amar a la Iglesia es usar con dilencia y cuidado, como dice el derecho romano "con la misma diligencia que un padre de familia". Amar a la Iglesia es ayudarla a que con nuestros bienes se puedan llevar a cabo la misión de "salvar almas". Este es el fin último de todo el discurso.
De un tema tan sencillo como este, se puede hacer una larga discusión, pero no es el objetivo, solo quiero que se enteren que el día de hoy aporta algo más a mi pequeño amor a mi madre, la Iglesia.